Las conclusiones de los expertos afirman que la gente suele malinterpretar el lenguaje corporal de los perros durante las interacciones. Por ejemplo, la mayoría de los perros con los que se jugó en el vídeo mostraban signos de estrés o incomodidad, y sólo uno hizo la reverencia juguetona que los perros utilizan para invitar a jugar a sus parientes o a los humanos. La mayoría de los perros también se avergonzaban cuando la gente intentaba abrazarlos, muchos se daban la vuelta, bajaban las orejas y algunos incluso ladraban e intentaban morder a sus dueños.
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Los investigadores sugieren prestar atención al modo en que los perros mueven la cola para entender mejor si su mascota está contenta o incómoda, incluso durante lo que percibimos como juego.